No todo ha sido miel sobre hojuelas la reactivación del tren de carga a Bolivia desde Arica el pasado miércoles a media mañana, entre discursos emotivos, aplausos y descorche de champaña. Las reacciones no se dejaron esperar y la más preocupante fue la protesta de los transportistas bolivianos quienes sacaron sus pesadas máquinas y bloquearon las avenidas que llevan al centro de La Paz.
El principal argumento es que el tren internacional les quitará sus ingresos. El presidente de los camioneros, Alvaro Ayllón, dijo que las 480 toneladas de bobinas de acero que transportó el tren era carga de ellos. Y la soya que traerá de vuelta también la movilizan sus camiones.
Por su parte de los trabajadores de la Empresa Ferroviaria Andina S.A. en una declaración señalan que la reactivación del FCALP asegura el libre tránsito desde y hasta a los puertos del Pacífico. “Y no es cierto que se vaya a perjudicar el transporte pesado, todo lo contrario, va a beneficiar a todas las partes generando fuentes de trabajo e ingresos”, explican en el documento.
Por su parte la Administradora de Servicios Portuarios de Bolivia afirmó públicamente su apoyo a la demanda de los transportistas paceños y anunció una revisión y evaluación de la operativa para la prosecución del proyecto. Sin embargo en horas de la tarde de este jueves 6 de mayo, la entidad declaró “totalmente falso” el comunicado publicado como inserto en los diarios paceños.
Aguas revueltas está dejando en el vecino país la reactivación, a modo de prueba, del FCALP con su carga que llevó bobinas de acero y la vuelta prevista con un gran cargamento de soya proveniente de Santa Cruz de la Sierra,