Una docena de antiguos comerciantes del legendario Mercado Central de calle San Marcos hoy sobreviven con nostalgia la pasada bonanza del que fue el principal centro de abastos de la ciudad, la famosa Recova construida en 1875 con los restos de las instalaciones de la Aduana, arrasada por el terremoto y maremoto de 1868.
El Mercado Central es una reliquia histórica, tan valiosa como el puñado de comerciantes, porfiados adultos mayores que llevan más de 50 años luchando para mantener en pie el Mercado. La historia dice que por la contingencia de la Guerra del Pacífico, el ejército peruano usó estas dependencias como caballerizas y el subsuelo como depósito de municiones. Más tarde volvió a ser el Mercado de Arica.
Los alcaldes, unos más otros menos, han intentado “poner en valor” el Mercado Central, sin considerar a los comerciantes, quienes no encajan en los proyectos de desarrollo turístico, urbano, de recuperación del casco antiguo, etc.
Todos los intentos por desalojar a los antiguos comerciantes del lugar histórico han chocado con el espíritu de lucha de los viejos tercios y el apoyo incondicional de la comunidad. Hoy están en un lugar adyacente al Mercado, un lugar provisorio donde ofrecen sus productos (Verduras, frutas, flores, cocinería, cafetería, arreglo de calzado, entre otros) a la espera de la remodelación. Ellos piden que la comunidad no los olvide y que vayan a comprar y solicitar sus servicios. Robert Vargas y su señora en el local 1 El buen Gusto, hizo el llamado a nombre de la Agrupación de Locatarios Antiguos del Mercado Central:
EL MERCADO CENTRAL CON SUS 150 AÑOS SE RESISTE A MORIR