Al mes y medio de la apertura de la frontera entre Arica y Tacna después de mas de dos años de cierre por la pandemia, Tacna vive una lenta recuperación económica que mantiene inquietos especialmente a los sectores comerciales, turísticos, de servicios, que esperaban un proceso más rápido para salir de la crisis.
En la vecina ciudad las ventas no repuntan, y entre los factores importantes es que no se ha evidenciado la esperada presencia masiva de turistas, especialmente de ariqueños, las cifras indican un movimiento general de frontera de unas 6.000 personas de promedio diario y 7.000 los fines de semana, también influyen el alto cambio del sol con un promedio de 230 y las bajas temperaturas que está sufriendo Tacna en junio (según los medios son las más bajas del país).
Viajeros que retornan de Tacna dicen que las tradicionales ferias (Caplina, 28 de Julio, Tacna Centro) no repuntan y que el sector Circunvalación, una avenida con centenares de locales de partes y piezas de autos y motos, además de incontables talleres mecánicos automotrices, hoy ya no es ni la sombra de lo que era.
Más del 30 por ciento de los restaurantes ha sido reemplazado por ópticas y por agencias telefónicas, y los lujosos casinos del centro, sobreviven con cierta dignidad. La remozada hotelería tacneña que mostraba un notable auge antes de la pandemia, hoy ofrece inéditas ofertas a los visitantes de fin de semana.
Los tacneños siguen esperando resultados más concretos de la esperada apertura de frontera.
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