COLUMNA DE OPINIÓN:
RODRIGO PINTO ASTUDILLO, GERENTE GENERAL DE LA EMPRESA PORTUARIA DE ARICA.
El lunes 11 de octubre, la Empresa Portuaria Arica (EPA) junto al concesionario TPA S.A. lograron la firma de un acuerdo tarifario histórico con la Administración de Servicios Portuarios-Bolivia (ASP-B), agencia estatal aduanera del vecino país que representa a los importadores bolivianos en el Puerto de Arica, cuya carga alcanza a un 33% del total del tonelaje anual del terminal marítimo.
A través de ese convenio, que garantizará un descuento promedio de un 42% para 25 servicios a la carga de importación boliviana y que estará vigente 3 años, se busca consolidar un modelo distinto de relacionamiento del Puerto de Arica con la ASP-B, basado exclusivamente en que las negociaciones deben ser de tipo comercial y con un énfasis en que sea beneficioso y equitativo para todas las partes.
Este proceso fue iniciado el año 2019 por la EPA y TPA, al aplicar el Manual de Servicios y Tarifas a la carga de ASP-B, que era la única que gozaba de tarifas congeladas para sus servicios, lo que representaba una situación anómala frente al resto de los usuarios chilenos, exportadores bolivianos y clientes peruanos cuya vinculación con el Puerto está regulada por este instrumento y que se relacionan directamente con el puerto y sin intermediarios como la ASP-B.
El Puerto de Arica es una industria que contribuye al desarrollo económico de la región, del país, de Bolivia y de Perú. No hay otro puerto público de Chile que tenga esa virtud y tampoco hay otro que, además, esté afecto al cumplimiento de dos tratados internacionales suscritos con Bolivia (1904) y Perú (1929).
Tras el primer acuerdo comercial de descuentos tarifarios suscrito en octubre de 2019 con la ASP-B, el Puerto de Arica consiguió el ordenamiento de la carga de importación boliviana; el aumento del despacho directo de sus mercancías de un 2% a un 18%; el incremento de la capacidad del puerto de 3 millones a 4,5 millones de toneladas, esto último, gracias a la disminución de la permanencia de las cargas de 12,5 días a 5 días; y también el término de las congestión en el acceso al Puerto a través de la secuenciación programada de los camiones hacia el terminal; y lo principal, un aumento en los turnos de los trabajadores portuarios de 5 mil a 7 mil mensuales junto a la disminución a mínimos de la tasa de accidentabilidad, es decir, un puerto más grande, más ordenado, más seguro, con más empleo y por ende más competitivo.
Desde agosto pasado, este nuevo relacionamiento de tipo comercial experimentó una nueva tensión al expirar la vigencia del primer convenio. Sin embargo, luego de intensos 90 días de negociación con la ASP-B y enfrentar su negativa a continuar con el proceso iniciado hace 2 años, la EPA y TPA consiguieron persuadir a la agencia estatal boliviana de seguir adelante. Para ello se contó con el importante apoyo de distintos líderes regionales, los cuales valoraron los impactos positivos de la primera etapa de este proceso en el desarrollo económico de Arica y Parinacota.
Este 11 de octubre, en una zona tan simbólica como es el Complejo Fronterizo Chungará -puerta de entrada y salida de la carga boliviana-, concretamos un nuevo acuerdo con la ASP-B.
La lógica comercial y de construcción de un mejor futuro para nuestra región y de ir en apoyo a la reactivación de Bolivia, imperó finalmente en los equipos negociadores.
Gracias a la disposición a dialogar en un ámbito de mutua confianza y de querer construir un mejor futuro, logramos lo más importante: la consolidación de un modelo de trabajo entre empresas, que busca la obtención de beneficios para todos los intervinientes, es decir, para los importadores y transportistas bolivianos, para las empresas estatales de ambos países, para el concesionario del Puerto, y para los más de 2 mil trabajadores y trabajadoras portuarios. Se consolidan de esta manera, los principios de razonabilidad económica, comercial y beneficio recíproco, y sin consideraciones de tipo político.
Seguiremos trabajando para que esta relación dé nuevos frutos y para que nuestra región sienta que el Puerto de Arica es un motor de desarrollo para sus propios habitantes.