
(Hugol periodista deportivo).– Popular como él solo. En este sentido, “Chirimino” Mamani no tiene rivales en Arica. El ícono del barrio Esmeralda dejó de respirar a sus 87 años de vida, pero el fútbol hace rato lo transformó en inmortal. El niño que bajaba de Azapa a vender frutas al centro de la ciudad se metió en lo más profundo del sentir popular.
“Chiri” nunca va a dejar de estar. Los amantes del fútbol siempre hablarán de su legado. Así viene ocurriendo hace décadas en Arica. Y así seguirá ocurriendo hasta la eternidad. Su interminable romance con la pelota no tiene para cuando terminar.
Con pasión, humildad, solidaridad, picardía y un contagioso sentido del humor, el fiero, aguerrido y cachañero lateral derecho de la selección de Arica se transformó sin querer queriendo en una verdadera marca registrada.
Los pasos de “Chiribamba” por la selección de Arica, O’Higgins, Atlético Esmeralda, Guanaye y por ese inolvidable equipo bautizado como “Los del Pasado”, supieron de su capacidad como jugador y entrenador.
Sus pupilos con orgullo lo recuerdan como el hombre que marcó sus vidas en torno al balón. A veces no hace falta un título profesional, a veces no hace falta una mejor clase social, a veces, solo se necesitan entrenadores como “Chirimino” Mamani para guiar al rebaño dentro y fuera de la cancha.
Sin teléfonos celulares y sin redes sociales, Segundo Gregorio Mamani Quispe se hizo popular y se metió en el corazón de cientos de ariqueños que profesan el fútbol. La historia de Chiri nos deja como principal enseñanza que cuando el amor es recíproco, entre un hombre y una pelota, suelen ocurrir cosas maravillosas.

“CHIRI”, LEYENDA DEL FÚTBOL AMATEUR DEL NORTE GRANDE